Artículo número diez de los que el equipo de la Farmacia de la Mulilla está dedicando a ayudar a los pacientes con depresión, y en el que continuaremos con los hábitos que se han demostrado son eficaces en la recuperación anímica de este tipo de pacientes. En esta ocasión, nos centraremos en la actividad física.
El realizar algún tipo de actividad física sólo va a traer beneficios para el paciente con depresión, pues durante el ejercicio se liberan en el organismo una serie de sustancias que van a favorecer la recuperación del estado de ánimo. Además, hay otra serie de beneficios que también irán en la misma dirección, como comentaremos seguidamente.
Previo a plantearnos el comenzar a realizar alguna actividad física, debemos consultar con el personal sanitario cuál es la más adecuada a nuestras circunstancias, como edad, condición física, lesiones, enfermedades, etc. Por ejemplo, un paciente con un grado importante de artrosis no podrá correr, pero seguro que podrá caminar.
Hay una gran variedad de actividades que pueden realizar personas con movilidad reducida, como yoga, taichi, o natación. Infórmese de dónde puede realizar este tipo de actividades, con la ayuda de personal profesional, y dé el primer paso para comenzar a practicarlas. Y la actividad física más natural y menos lesiva es caminar al ritmo más vivo que uno pueda, durante al menos una hora al día.
El grado de actividad a realizar te lo irá indicando tu cuerpo, sintiéndote cada vez en mejor condición física, pero con la precaución de ir aumentando poco a poco para reducir el riesgo de lesiones, que en caso de aparecer retrasarán nuestra capacidad de practicar esta actividad física.
Para el paciente con depresión, el realizar actividades físicas en grupo va a reportar beneficios añadidos al propio de la actividad, pues estaremos en contacto con otras personas y normalmente eso ayuda en el estado de ánimo. El estar en compañía facilitará la expresión de sentimientos y emociones, así como recoger recomendaciones para resolver nuestros problemas. Así pues, busque a otras personas con las que salir a pasear, o con la bicicleta; ambos se alegrarán de haberlo hecho.
A ser posible, es mejor realizar actividad al aire libre que en sitios cerrados, pues el contacto con la naturaleza también ayuda en el proceso de recuperación de estos pacientes, respirando aire limpio, que contribuirá a liberar tensiones en nuestro estado de ánimo.
Y aunque creamos que nuestra actividad física no tiene un grado suficiente, piense que siempre es mejor alguna actividad física a ninguna. El sedentarismo es un gran enemigo de la salud, y no genera más que complicaciones en ésta. En palabras del gran jugador de baloncesto y médico Juan Antonio Corbalán, “no existe medicina tan beneficiosa y barata como el deporte”.
En resumen, mantener un grado de actividad física, aunque sea pequeño, siempre va a tener beneficios para la salud en general, y para la salud mental en particular, ayudando a que el paciente con depresión mejore su estado, pues contribuirá a tonificar su cuerpo, liberar tensiones, y a su relación con el entorno de forma agradable.
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