martes, 12 de marzo de 2024

Artículo ARTROSIS 8 - Resumen

Artículo número 8 y último de la serie que hemos elaborado para ayudar a los enfermos de la enfermedad de las articulaciones llamada artrosis, y lo vamos a dedicar a exponer un resumen general de todo lo tratado en los artículos anteriores, para destacar lo más importante que, a nuestro criterio, debe tener en cuenta un enfermo de artrosis.

Lo primero que vamos a hacer es informar sobre qué es lo que ocurre en una articulación en esta enfermedad, que tanta presencia tiene en nuestra sociedad. Cuando una articulación, como por ejemplo la rodilla, la cadera, o el hombro, está sana, hay un tejido denominado cartílago, que hace de almohadilla para que el roce de un hueso contra otro sea suave, estando todo perfectamente lubricado por el denominado líquido sinovial.

Si aparece la artrosis o reúma en una articulación, dicho cartílago va a sufrir una degeneración, y al no realizar su función de forma adecuada, provocará una inflamación y un deterioro de la zona de los huesos implicada en el movimiento de la articulación, lo que conlleva a un desgaste anormal de los huesos, ocasionando molestias y alteración de la vida del paciente.

La artrosis es una enfermedad que ocasiona importantes consecuencias socioeconómicas en la población, como por ejemplo altos costes asistenciales y laborales, y va a requerir de la sociedad un gran esfuerzo en recursos, tanto humanos como económicos.

Como en la mayoría de las enfermedades, hay una serie de circunstancias que aparecen con mayor frecuencia en estos enfermos. A estas circunstancias se les llama factores de riesgo, y vamos a comentar qué circunstancias suelen aparecer en los enfermos de artrosis.

El principal factor de riesgo de padecer artrosis es la edad. Suele ser una consecuencia del uso de las articulaciones a lo largo del tiempo. No es frecuente que una persona menor de 40 años padezca artrosis en alguna de sus articulaciones.

El segundo factor de riesgo es el tener antecedentes familiares de enfermos de artrosis, lo que indica un componente de tipo genético o heredable.
El tercer factor de riesgo es ser mujeres, sobre todo a partir de la menopausia, lo que indica un componente relacionado con las hormonas femeninas.

Y por último, hay una serie de factores de riesgo que podemos controlar a lo largo de nuestra vida, como son el tener obesidad, trabajar en ocupaciones que provoquen posiciones forzadas en las articulaciones, como por ejemplo la albañilería, o el haber practicado deportes de élite. Todos estos factores que hemos comentado aumentan la probabilidad de que aparezca la artrosis en alguna de nuestras articulaciones.

Y una vez que la artrosis se instala en alguna articulación, suele originar una serie de síntomas. Cada enfermo va a manifestar la enfermedad a su manera. No quiere decir que deban aparecer todos los síntomas que vamos a comentar, pero suele aparecer al menos uno de ellos.

Los principales síntomas que suelen aparecer en la articulación con artrosis son los siguientes: Dolor después de realizar algún tipo de actividad, rigidez después de reposo, enrojecimiento e inflamación, crujido al mover la articulación, y limitación funcional.

Comentaremos ahora algunos aspectos del tratamiento de la artrosis. El tratamiento puede enfocarse con medidas farmacológicas, con analgésicos, antiinflamatorios, o fármacos regeneradores del cartílago, o con medidas no farmacológicas, es decir, con determinados comportamientos que se han demostrado efectivos para reducir el impacto de la artrosis en nuestras articulaciones. El tratamiento farmacológico va a depender de nuestros médicos, así que nos centraremos en el tratamiento no farmacológico, que está totalmente en nuestra mano el seguirlo.

Éste tratamiento no farmacológico va a basarse en 5 puntos:

1- Educación e información del paciente. Si queremos hacer lo mejor para nuestras articulaciones, debemos informarnos sobre qué es lo más adecuado para ellas. Desde la Farmacia de la Mulilla ponemos a su disposición los distintos materiales que elaboramos, como infografías, vídeos, podcasts y artículos.

2- Eliminación del sobrepeso y la obesidad. Si sobrecargamos nuestra articulaciones, es lógico que su grado de deterioro sea mayor que el deseable.

3- Ejercicios para fortalecer la musculatura específica de su articulación con artrosis. Si la musculatura que mueve la articulación está entrenada y en forma, la articulación tendrá que realizar menos esfuerzo y será protegida.

4- Practicar ejercicio físico de forma regular. Esto tiene múltiples beneficios para su salud en general y la de las articulaciones en particular, como por ejemplo ayudar a controlar el sobrepeso.

Y 5- Si nuestra articulación ya sufre un daño importante, necesitaremos recurrir a ayudas técnicas, como por ejemplo bastones, muletas u otras medidas de este tipo, para que el trabajo de la articulación dañada sea lo menos intenso posible.

Y por último, el paciente de artrosis debe ser consciente de que su alimentación es una parte importante de su actitud vital frente a su enfermedad. Deben incluir en su dieta alimentos ricos en ácidos omega 3 como el pescado azul, salmón, frutos secos, y aceite de oliva virgen extra. La base de su alimentación deben ser las verduras, frutas y legumbres, con aporte de proteínas provenientes de lácteos, carnes bajas en grasa y pescados, y evitando las carnes grasas, los dulces, y los alimentos ultraprocesados en general.



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