lunes, 29 de agosto de 2022

Artículo: Síntomas de la artrosis

Este será el cuarto artículo de la serie dedicada a la enfermedad de las articulaciones llamada reúma o artrosis, y estará dedicado a resaltar cuáles son los síntomas que presentan con mayor frecuencia los enfermos de artrosis en sus articulaciones afectadas. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, cada enfermo manifiesta la enfermedad de una manera, que no tiene porqué coincidir con cómo la manifiestan otros enfermos, ni tienen porqué aparecer todos los síntomas que vamos a indicar. Comenzamos con estos síntomas más frecuentes de la artrosis.

 

Uno de los síntomas más referidos por los pacientes es la presencia de dolor en la articulación con artrosis tras haber realizado alguna actividad. ¿Qué es lo que ocurre? Pues que al realizar algún esfuerzo físico, se produce una reacción inflamatoria, dado que la articulación no está en sus mejores condiciones, y esa inflamación lleva a una sensación dolorosa, al igual que cuando se nos inflaman otras partes del cuerpo.

 

También suele aparecer rigidez en la articulación después de haberla tenido en reposo durante un cierto tiempo. Derivada también de la inflamación de la articulación por su estado artrósico, el volver al movimiento tras un estado de reposo se hace más difícil. Como suele decirse, la articulación se queda agarrotada, dificultando la movilidad. 

 

La inflamación que sufre la articulación puede ser tal que provoque enrojecimiento en la zona, además de llegar incluso a deformarla de forma visible. Si la inflamación no se controla por algún método, y la deformación de la articulación es muy evidente, la alteración del estilo de vida del paciente es importante. Además, una inflamación muy grande suele provocar un enrojecimiento de la zona, con emisión de calor.

 

Otro síntoma muy referido por los pacientes es el crujido de la articulación cuando intentan moverla. Estos chasquidos también derivan de la inflamación y del proceso degenerativo del cartílago articular, dado que el cartílago actúa, como ya comentamos en episodios anteriores, como una almohadilla facilitadora del movimiento entre las distintas partes de la articulación. Si esa almohadilla no se encuentra en buen estado, pueden rozar los huesos entre sí, originando estos chasquidos.

  

Y por último, y derivado de todos los síntomas anteriores, el paciente con artrosis va a presentar una limitación funcional en su articulación. La articulación con artrosis va a estar inflamada y dolorida, haciendo que los movimientos de dicha articulación sean difíciles y traumáticos, lo que llevará a una disminución de la movilidad del paciente, alterando su estilo de vida normal.

 

Evidentemente, la limitación funcional dependerá de la articulación afectada. No es lo mismo tener artrosis en la rodilla, que limitará mucho nuestra movilidad, que tener artrosis en un dedo de la mano, lo cual limitará nuestras funciones de habilidad manual.

  

En resumen, los síntomas más frecuentes de la artrosis son: dolor después de una actividad, rigidez después del reposo, enrojecimiento e inflamación, crujido al mover la articulación, y limitación funcional. Todos ellos derivan del proceso de degradación del cartílago y de la inflamación de la articulación. Y estos síntomas, que no tienen porqué aparecer todos en el mismo enfermo, van a dificultar la movilidad de la articulación, y dependiendo de la articulación, limitará en mayor o menor medida la calidad de vida del paciente.

 





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